domingo, 22 de agosto de 2010

Me despertre convertida en....

Eran las 5 de la tarde, el despertador sonó, yo abrí mis ojos, en medio del sueño que aún me acompañaba, mire alrededor, del susto que me llevé, me paré inmediatamente de la cama. El cuarto en el que estaba no era mi cuarto, éste era el doble del mío y tenía además muchos objetos (muy hermosos y elegantes, por cierto), algo confundida y sorprendida por lo que observaba, traté de asimilar las cosas y pensar por qué no estaba en mi cuarto si la noche anterior yo recordaba estar allí con mi madre. En ese momento, un llamado a la puerta interrumpió mis pensamientos, muy asustada y sin saber que hacer respondí ( si…).

Un hombre responde: - Mi lady ¿Cómo está usted esta mañana?.

Un silencio se apoderó de la habitación y el hombre que estaba tras aquella puerta esperando una respuesta me dijo: - Señorita se le hace tarde para la su gran baile.

Rápidamente me dirigí hacia la ventana para tomar un poco de aire, pero me llevé una gran sorpresa cuando me asomé a ésta, abajo se encontraba un gran número de personas que corrían de un lado a otro entrando miles de cosas para decorar, unos llevaban algunas bandejas con comida, otros cargaban sillas y mesas y los otros finalmente llevaban un bellas flores. La puerta de la habitación se abrió, era una señora, que apenas entró, me tomó del brazo y me dijo (niña pronto… pronto), yo sin reaccionar, sólo seguí las instrucciones que me daba la señora, a la cual le pregunté quien era y según ella era mi ‘’nana’’, luego, ella empezó a tender la cama mientras me obligó a entrar al baño. Cuando entré al baño y miré en el espejo la imagen de una bella niña, quede aún más confundida y en mi mente pensaba que esto no podía ser posible, me acerqué al espejo y traté de mover mis brazos, mi cara y mi cuerpo, de repente observé que todos los movimientos y muecas que realizaba frente al espejo eran las misma que éste reflejaba, pero esa imagen reflejada no era yo.

Fue tal el susto que empecé a gritar, mi supuesta nana se acercó a la puerta del baño preguntándome si estaba bien y por qué aún no entraba a bañarme, era tanta la presión que decidí entrar a la ducha, pero ésta no era una ducha común, era una gran tina del mismo tamaño de la cama, llena de pétalos de rosas rojas y con un gran aroma a frutas. Cuando salí de la ducha, mi nana me paso un hermoso traje lleno de lentejuelas brillantes con un gran corte al final del vestido. Salí del baño, me senté frente a un gran espejo, la nana empezó a peinar mi ‘’cabello’’ (el cual era hermoso, era largo con un gran volumen de color rubio, muy liso y sedoso) y a maquillar ‘’mi’’ cara. Al terminar, otras dos señoras me dieron unos tacones que combinaban con el hermoso vestido además de unos guantes que adornaban mis manos y brazos, al final, la nana me dio una cadena de oro con esmeraldas que combinaba con una elegante pulsera y unos aretes.



Cuando estaba lista, la nana y las otras dos señoras que la acompañaban salieron del cuarto, la nana me dijo que bajara en 15 minutos al salón principal. En tanto yo esperaba, me miré al espejo y de nuevo quedé sorprendida por lo que observaba, me había convertido en una hermosa señorita la cual se veía muy elegante de pies a cabeza, luciendo sobre su hermosa cabellera una fina tiara adornada con diamantes y rubíes.

Volví a asomarme a la ventana eran ya las 7 de la noche y en la parte de afuera se encontraban muchas personas (muy elegantes) que llegaban en lujosos carros. De repente, vi que mi madre salió de uno de ellos y me apresuré en encontrarme con ella, para que me explicara por qué me había sucedido todo esto.

Mami (le pregunté) ¿Qué es todo esto? ¿Por qué tú y yo parecemos sacadas de un cuento de hadas?

Y ella me respondió algo que yo nunca olvidaré: Porque eso somos.





Lina Lorena Córdoba Rojas.


Cód.: 200911089.


Guión de Ficción: grupo # 2.



No hay comentarios:

Publicar un comentario